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La ciudad de Santa Cruz de la Sierra es uno de los municipios de Bolivia de mayor crecimiento urbano y diversidad cultural. La mitad de sus habitantes proviene de otras regiones de Bolivia y existen muchos habitantes de otras regiones de Latinoamérica. 

 

Una parte importante de su población corresponde a pueblos indígenas originarios de este territorio. Desde la fundación de Santa Cruz de la Sierra, los pueblos indígenas siempre estuvimos presentes en la historia de esta ciudad y hemos aportado a su crecimiento y desarrollo. Desde hace muchas décadas la población indigena de tierras bajas tiene presencia en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra pero esta presencia va en aumento. Actualmente, el 67% de la población indígena vive en áreas urbanas y peri-urbanas y el 37% de la población indígena es joven. En la medida en que en las comunidades y los territorios rurales no existan todas las condiciones para desarrollar nuestro proyecto de vida y ejercer nuestros derechos, seguiremos migrando a la ciudad.  

 

Si bien la cultura es emocionalmente relevante en tanto que configura nuestra identidad, no podemos dejar de lado que la población indígena Ayorea, Chiquitana, Gwuarayu, Guaraní, Mojeña, Yuracaré y el pueblo afroboliviano que vive en la ciudad enfrenta problemáticas, necesidades y conflictos similares relacionados con el acceso a la vivienda indígena, la educación, la salud, el saneamiento, el trabajo, la discriminación cultural y el sistema politico que los excluye. Esto hace que se obstaculice su desarrollo en la ciudad y el ejercicio de sus derechos colectivos.  


Ahora bien, aunque los pueblos indígenas han logrado verdaderos avances en el reconocimiento de sus derechos, hay un factor que sigue postergando su desarrollo, tal es la ausencia de políticas públicas para pueblos indígenas que viven en el contexto urbano. Por esta razón, las seis naciones indígenas urbanas siguen realizando distintas actividades de visibilización, incidencia y movilización comunitaria en la búsqueda de lograr el ejercicio de sus derechos en la ciudad.

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La situación de los pueblos indígenas es complicada, no obstante, la de los jóvenes indígenas urbanos tiende a agravarse respecto a la de los adultos. Esta vulnerabilidad se remarca en el desempleo, en la falta de acceso a mejores condiciones de vida, en la drogadicción, en el pandillismo y en la estigmatización. A esto se suma la falta de acceso a la vivienda y la falta de oportunidades educativas. A partir de la interconexión de distintos territorios tanto urbanos como rurales, luchamos para concretar propuestas hacia jóvenes que viven el espacio de la ciudad.

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Somos un grupo de jóvenes que nos auto-identificamos como indígenas y afro-bolivianos de Santa Cruz de la Sierra. Nuestro objetivo es la defensa de nuestros derechos económicos, sociales y culturales dentro de la ciudad mediante el activismo juvenil y la incidencia dejando atrás todas nuestras dificultades y limitaciones para que podamos salir adelante.


 

Nuestra participación en este proyecto se enfoca en las historias y trayectorias de jóvenes mujeres activistas, sus luchas valientes a menudo invisibles. A través de un trabajo de investigación que se desarrolla con entrevistas, recolección de historias de vida y fotografías, queremos visibilizar lo invisible, y hablar de lo que muchas veces no se habla. Las historias de estas mujeres activistas van a ser recopiladas en una exposición fotográfica y un libro al final del proceso. ¡Pero mientras, pueden seguir aquí el desarrollo de nuestro proyecto!

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Resultado final del proyecto:

Libro

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'Nuestras luchas cuentan.

El poder de líderes mujeres indígenas y afrobolivianas de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia'

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Este libro cuenta la historia de trece mujeres. La primera parte cuenta las historias de ocho mujeres ejemplares: cuatro de ellas “jóvenes de ayer” –Florinda Urañavi Cuñaendi, Adriana Peralta Torres, Nélida Faldín Chuve y Carmela Franco Romero – líderes mayores de diferentes naciones indígenas a quienes admiramos y de quienes queríamos aprender sobre sus trayectorias de liderazgo, y cuatro historias de “jóvenes de hoy”, mujeres que están más cerca de nuestra edad – Rosmery Gutiérrez Erba, Carla Sharon Sanchez Barra, Rossy Picanerae Chiqueno y Elsa María Galindo Gutiérrez–, cuyas historias encontramos inspiradoras y queremos compartir. En la segunda parte del libro compartimos nuestras propias historias, contamos cómo nos convertimos en líderes indígenas y reflexionamos sobre los retos y apoyos que recibimos en el camino. En el último capítulo de conclusión, reflexionamos sobre las lecciones aprendidas y compartimos algunos mensajes para las futuras líderes indígenas. Creemos que este conjunto de historias de vida de mujeres brinda un gran panorama de las trayectorias de liderazgo que caracterizan a las mujeres indígenas de nuestro entorno.

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Puedes descargar el PDF del libro aquí:

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